Vecinos de Monterrei (Ourense), «angustiados» tras verse «totalmente rodeados por las llamas»

Vecinos de la localidad de San Cristóbal en Monterrei (Ourense), afectada por un incendio que mantiene decretada la situación 2 de emergencias y que ya ha calcinado más de 1.000 hectáreas, describen «una situación angustiosa», con el núcleo de población «rodeado por todos lados por las llamas», lo que obligó a desalojar viviendas y en torno a 60 personas.

María Rosa González tiene su casa en la zona superior del pueblo y ha explicado a Europa Press que «gracias a Dios el fuego se quedó a las puertas de entrar en su vivienda», pero sí le «ardió la finca y hasta una higuera que tenía en la entrada».

A la misma «complicada situación» han tenido que hacer frente el resto de residentes de la localidad, con unas 40 casas habitadas, que «observaban como el fuego ponía en peligro sus hogares sin poder acercarse a ellos, por su bien».

«Nos ahogábamos. El humo era insoportable, por eso decidimos irnos para Medeiros antes de que nos pidieran desalojar», ha señalado María Rosa González. Sus suegros, que viven en una de las primeras casas yendo hacia la parte de San Millao en Cualedro, el lugar en el que se inició el fuego durante el mediodía del miércoles, coinciden en señalar que «vivieron un día muy difícil».

Apuntan a que hablaron con el alcalde «al empezar a ver el primer humo» y les trasladó que «estaba cerca de San Millao» pero, «de repente hubo un fuerte remolino de aire y en cuestión de minutos el fuego dio un giro y ya estaba junto a las casas».

LOS DAÑOS

Durante la mañana de este jueves, María Rosa González ha estado dando una vuelta por el pueblo y ha podido comprobar que a sus vecinos «le ardieron viñas, robles, castaños e, incluso, los huertos próximos a las casas». «Lo cierto es que el susto fue enorme, pero trato de pensar en que por lo menos no hubo la desgracia de que el fuego consiguiese entrar en ninguna casa», ha añadido.

Los vecinos vuelven a hablar de «intencionalidad» en este gran incendio, con un foco muy próximo al último registrado en menos de una semana en la zona de A Salgueira, en Monterrei. «Tiene que ser una persona que está mal de la cabeza», señalan antes de añadir que «no hay ningún motivo para plantarle fuego al monte y menos en una zona en que se ven peligrar las casas».

«Parece que este va a ser un año difícil y que nos lo están haciendo a posta. No quiero ser mal pensada, pero las condiciones climatológicas que se daban ayer (por el miércoles), en un día de intenso calor y con fuertes vientos y la rápida propagación de las llamas me hacen pensar en lo peor», lamenta María Rosa González.

En la mañana de este jueves, los vecinos se mantienen con «un poco de miedo» por las «altísimas temperaturas». A pesar de que «hay muchísima vigilancia» y las «avionetas continúan vaciando y el Ejército controlando la zona», apuntan a que «quedan todavía rescoldos».

EFECTIVOS

Este gran incendio que afecta a los municipios ourensanos de Cualedro y Monterrei, que se ha convertido en el de mayores dimensiones en lo que va de verano en Galicia, obligó a solicitar la colaboración de la Unidad Militar de Emergencias (UME) en las tareas de extinción.

Así, desde la tarde del miércoles se desplazaron hasta la zona 170 efectivos del Quinto Batallón de Intervención en Emerxencias (BIEM V) y 57 vehículos, entre los que se encuentran seis autobombas, un camión nodriza, una máquina Dozer 5, un camión cisterna, así como vehículos de transporte y apoyo.

El subdelegado del Gobierno en Ourense, Emilio González, que se desplazó en la tarde del miércoles hasta el Puesto de Mando Avanzado para seguir los trabajos de extinción y desalojo de viviendas, ha transmitido la «preocupación» por este incendio. Además, informó de que debido a la proximidad del incendio a la localidad de San Cristovo fue necesario desalojar, en torno a las 18,00 horas, a unas 60 personas, que ya pudieron regresar a sus domicilios.

También fueron desplegados medios del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, que desplazó una Brigada de Especialistas en Extinción (BRIF) con dos helicópteros de transporte y descarga de 1.200 litros de capacidad desde la base de Laza y otra BRIF procedente de Tabuyo del Monte (León).

También fueron destinados cuatro aviones anfibios procedentes de las bases de Lavacolla (A Coruña), Torrejón (Madrid) y Matacán (Salamanca); un helicóptero bombardero, con una capacidad de 4.500 litros, que voló desde Ibias (Asturias); un avión de coordinación y observación (ACO), utilizado en tareas de vigilancia, transmisión de imágenes y observación del incendio, que viajó desde el aeropuerto de León; y un avión de carga en tierra con una capacidad de 4.500 litros de la da base de Xinzo de Limia.