Por: Jaime Gutiérrez Casas, director de desarrollo de la NFPA para Latinoamérica y el Caribe.
En el mundo, los países tienen dos grandes retos en materia de seguridad en relación con la protección y el combate contra los efectos nocivos de los incendios.
El primero tiene que ver con un tema macro y es lo que cada Estado-Nación tenga que realizar para contribuir a parar el proceso de deterioro debido al cambio climático que como seres humanos estamos experimentando, en donde los datos nos señalan que la temperatura promedio del planeta ha aumentado 1.18 grados centígrados desde finales del siglo XIX y de continuar ésta tendencia, las consecuencias para el planeta serían inimaginables, ciudades enteras pudieran desaparecer, incluso en el peor de los casos pudiera llegar en el extremo a terminar con la vida en el planeta.
Los efectos ya los estamos viendo, sequías, incendios forestales, tormentas más intensas, escasez de agua y de alimentos, desplazamiento de poblaciones entre otras.
La segunda tarea, es la relacionada a que los gobiernos federales, estatales y municipales deben promover el uso y la adopción de normas y leyes que contribuyan a evitar las pérdidas humanas y las pérdidas materiales por cuestiones relacionadas con incendios o temas eléctricos, en edificios, casas, fabricas, hospitales, escuelas, comercios y oficinas.
La primera tarea tiene que ver con un esfuerzo a nivel mundial, que implica a las naciones a aplicar medidas drásticas y severas a nivel interno que contribuyan a reducir drásticamente el calentamiento global, mientras que la segunda tiene que ver con un tema más bien a nivel legislación federal de cada país, en donde gobierno, asociaciones y sociedad civil deben de ir de la mano para buscar implementar un Código Nacional de Incendios que sirva como marco para que las entidades estatales y municipales del país tengan un punto de referencia para adoptarlo a nivel local.
Para lograr lo anterior, es importante hacer un proceso de planeación, ejecución y evaluación, y dentro de la planeación es muy importante el desarrollo de este Código Nacional de Incendios, que es una herramienta que mejore las condiciones de protección contra incendios de las personas y de sus bienes.
De esta forma, se promueve la adopción de prácticas de ingeniería que se basen en reglas claras y precisas que permitan el desarrollo de ambientes seguros, donde se controle y mitigue los riesgos de incendios.
En Colombia existe la coyuntura en la actualidad para poder empujar entre gobierno, asociaciones y sociedad una política pública en función de fortalecer el concepto de seguridad humana en relación con la protección contra Incendios, es una oportunidad para poder aterrizar la expectativa que durante muchos años se ha planteado y un tema clave para reducir las muertes por incendios o por riesgos eléctricos es la planeación, que es el proceso y resultado de organizar una serie de pasos que contribuyan a lograr éste noble objetivo, la meta es proteger las vidas.
Por ello es de aplaudir el esfuerzo que realiza ANRACI para lograr este objetivo.
Nosotros desde la NFPA, ponemos a consideración la NFPA 1 que es conocida como el código de excelencia o el código de incendios, que es universal aplicación y que surge en la década de los años setenta debido a la necesidad de contar con un documento que cubriera todos los aspectos de prevención y protección contra incendios de cualquier ciudad.
Queda claro que mientras los gobiernos no tomen medidas serias como la adopción o implementación de un Código Nacional de Incendio, seguiremos en una situación que seguirá costando la vida a muchas personas, por ello es tiempo de actuar.
