Este jueves 15 de abril de 2021 se cumplen dos años del incendio que a punto estuvo de terminar con uno de los monumentos más reconocidos en todo el mundo: la catedral de Notre Dame de París. El presidente Emmanuel Macron tiene prevista una visita al templo coincidiendo con este segundo aniversario en el que abrimos el foco a lo que supuso el incendio y a cómo avanza una reconstrucción que espera estar completa en 2024.
El 15 de abril de 2019 una imagen -que fueron miles- dio la vuelta al mundo: la de los parisinos mirando atónitos hacia la catedral de Notre Dame. El gesto, común entre los millones de visitantes que recibe anualmente la capital francesa, se tornaba en pesadilla para los habitantes de París en aquel día de abril. Un espeso humo salía de la cubierta de la catedral de Notre Dame, que estuvo en llamas durante 15 horas.
El símbolo histórico, religioso y arquitectónico de la ciudad –con permiso de la Torre Eiffel– se salvó finalmente del derrumbe. Más de 800 años de historia de Francia y Europa se salvaron por “un cuarto de hora o media hora”, como afirmó a posteriori el entonces secretario de Estado Laurent Nuñez. Solo la cubierta de madera y la aguja – ambas de gran valor arquitectónico – desaparecieron tras el incendio.
Desde entonces, la reconstrucción de esta obra de arte, que tanto ha inspirado a otras, se convirtió en un asunto de Estado para el Gobierno de Emmanuel Macron, que se fijó el año 2024 como fecha tope para la reconstrucción del templo y para la adecuación a los estándares actuales de sus sistemas y protocolos de seguridad, factores señalados como deficientes tras la reconstrucción de los hechos.
Problemas y polémicas en la reconstrucción
Tras el anuncio del esfuerzo para la reconstrucción, ha habido también polémicas y momentos de incertidumbre, como cuando el 18 de julio de 2019 el portal de investigación Mediapart publicó que las autoridades habían minimizado deliberadamente los datos de concentración de plomo encontrados en escuelas cercanas al edificio.
Esta alta concentración de plomo provocó una demanda por falta de seguridad que derivó en la paralización de las obras el 25 de julio. La reconstrucción fue posteriormente retomada el 12 de agosto tras mejorar las medidas de seguridad para el personal involucrado.
Ya en marzo de 2020, otro inconveniente se cruzó en la reconstrucción del templo: la pandemia de Covid-19. El 17 de aquel mes los 80 obreros que trabajaban en la catedral tuvieron que dejar de trabajar a causa del confinamiento que el Gobierno francés ordenó en todo el país.
Un nuevo retraso que en vísperas del primer aniversario del incendio abría una incógnita a los franceses: ¿sería posible acabar la reconstrucción en 2024?
Segundo aniversario a las puertas del final de la primera fase de reconstrucción
Pese a todos los inconvenientes, las autoridades siguen manteniendo el 15 de abril de 2024, fecha del quinto aniversario, como el día de la reapertura del templo, si bien deberá hacerse sin todos los trabajos terminados. En este segundo aniversario, Emmanuel Macron llevará a cabo una visita a las obras para agradecer a los técnicos y artesanos su labor en la reconstrucción.
Es la ocasión de dar las gracias a todos los que han permitido salvar la catedral, a los que trabajan en su reconstrucción y a los 340.000 donantes del mundo entero que han hecho posible estas obras», detalló este miércoles el Elíseo.
Este verano deberá terminar la primera fase de las obras, que dará pie al inicio de la restauración propiamente dicha. Por el momento, entre otros avances, ya se ha hecho la selección y tala de los 1.000 robles cuya madera se usará para reconstruir el armazón del transepto y la aguja, destruidos en el incendio, que serán fieles, pero no idénticos a los destruidos en el incendio.
«Ahora mi preocupación es conseguir una planificación rigurosa para fijar nuestro camino para la reapertura al culto en 2024», dijo el general Jean-Louis Georgelin, coordinador de las obras, en un vídeo sobre la restauración retransmitido en redes sociales.
Por el momento parece que se podrán cumplir los plazos previstos, si bien el factor monetario también podría jugar en contra de los planes de Macron. Hasta ahora se han recolectado donaciones por valor de 833 millones de euros, pero podrían no resultar suficientes.
Parece difícil, sin embargo, que las instituciones francesas no encuentren la manera de financiar la obra que vuelva a dotar de esplendor a uno de los mayores símbolos de la nación.